Hemos sido tomados como ejemplo a nivel mundial por cómo enfrentamos la “emergencia” y en esta crisis, los que emergimos fuimos los trabajadores de la salud, para que el país tuviera más asistencia, más cuidados, más medidas de precaución. En definitiva, más salud.

La realidad nos interpela. En el interior del país los médicos respondemos más que a patologías clínicas o a sintomatologías. Somos, en muchos casos, el cable a tierra de las familias. Los que tranquilizan con certezas y calman los miedos con verdades.

Nos preparamos para este día, fuimos llamados y hemos estado en la primera línea de batalla contra un enemigo desconocido, al que enfrentamos también con miedo.

En este año en el que los pacientes están en jaque, los recursos con los que contamos para prestar mejor asistencia, para salvar vidas, no pueden ser menos. Por eso rechazamos cualquier decisión política que pueda significar menos salud.

Sin embargo, ante un escenario de definiciones presupuestales, y ante un inminente conflicto, los trabajadores de la salud del interior queremos reivindicar nuestro compromiso y no vamos a permitir que nada se interponga entre nuestros deberes y nuestros pacientes.

Porque tomar medidas no puede significar una perdida de calidad asistencial para el usuario de un país en emergencia sanitaria.

Que este año las medidas sumen a la salud, y no le resten. Nosotros reforzamos nuestro compromiso con la asistencia en todo el país. Que el sistema político refuerce su compromiso con la salud más allá de las conferencias de prensa, sino también en los recursos asignados para sostener el sistema.

Nuestras 22 gremiales están analizando en asamblea permanente cada movimiento, porque no podemos permitir que el Uruguay resigne salud pública.

Nuestro bien más preciado es la vida, y hoy más que nunca nos comprometemos a que los uruguayos tengamos más vida, más salud pública, más y mejor asistencia, en el interior o dónde estén.

Comité Ejecutivo de FEMI

4.9.2020